Pues aunque Emilio Alonso ya tiene ADSL, yo todavía no y eso explica el descuido de mi blog. Desde hace más de un mes, apenas puedo actualizarlo y, cuando lo hago, lo hecho no resulta ser muy actual porque reflejo la noticia que más impacto me ha causado en los últimos días.
Y hoy toca una de ayer: Chaves propone incluir la paridad de las tareas domésticas en el Estatuto andaluz.
Cuando la tentación totalitaria (gracias Revel) es fuerte, y es el caso, uno puede esperar lo peor. La medida se descalifica por sí misma, aunque tengo mis dudas sobre ese particular, pues ayer mismo veía como algunas compañeras y también compañeros en mi trabajo, festejaban el anuncio y auguraban una pronta llegada a la tierra prometida de la igualdad absoluta de todos.
A mí propuestas como ésta me ponen los pelos como escarpias y, por desgracia, los motivos no son pocos:
- Nuestros gobernantes se permiten legislar sobre nuestra vida familiar y privada.
- Lo hacen con la anuencia de la mayor parte de la población que, de filosofía quizás sepa poco, pero que ha asumido, y de qué manera, aquello de que homo homini lupus, motivo por el que está dispuesta a arrojarse a los brazos y a las fauces del primer tiranuelo iluminado que les dice que les gobernará como se merecen.
Teniendo en cuenta además que Andalucía camina con paso firme hacia su Segunda Modernización (por cierto la página lleva meses en construccion), podemos también empezar a pesar en el Servicio Integral de Televigilancia para el Cumplimiento Paritario de las Obligaciones Familiares: unas discretas webcams conectadas a la red y situadas en las distintas habitaciones de la casa de cada andaluz y/o andaluza que garantizarían la más alta eficacia de la norma.
Gracias Chaves, gracias por ser tan progre.
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