domingo, mayo 08, 2005

Resposabilidad por la Guerra Fría

Dice J.F. Revel en La Obsesión Antiamericana que los Estados Unidos son culpables por lo que han hecho y por lo que no han hecho, porque no debieron hacer lo que hicieron y porque no hicieron lo que debían.

Por ejemplo, se les acusa de intervenir en otros países, aunque también se les considera culpables por todo lo que ocurra si deciden no intervenir.

¿Quién no ha oído a un progre decir que la prueba de que no son una genuina democracia es que no cruzaron el Atlántico en apoyo de la II República Española?(Por cierto, no recuerdo idénticas críticas a la siempre justa y benéfica URSS por no cruzar Europa en auxilio de los republicanos españoles)

Los progres parecen así convertirse en adalides del intervencionismo militar cuando lo es para defender la democracia y la libertad, cuando se trata de impedir genocidios o de destronar tiranos.

Sin embargo, los mismos que lanzan esas proclamas a los cuatro vientos no dudan en agitar la bandera del antiamericanismo cuando se le recuerda que fue la OTAN, presionada por los EEUU, quien decidió intervenir cuando los servios asesinaban a albano-kosovares al por mayor. Tampoco está de más recordar que hasta ese momento a los EEUU se les reprochaba ser culpables del genocidio que acaecía en el corazón de Europa porque no se decidían a intervenir.

Y así tantos y tantos ejemplos, entre los cuales, ocupa un papel destacado el de Iraq.

Pero lo de hoy supera con creces todo lo imaginable: Bush ha reconocido cierta responsabilidad histórica de los Estados Unidos por avenirse a la ocupación soviética de los países de la Europa de Este y a la consiguiente división en bloques de Europa. Y claro, cierta prensa, en titulares equívocos (algunos al obviar el importante dato de que quien ocupó fueron otros, parecen sugerir que las tropas ocupantes eran americanas y no soviéticas) se ceba con la debilidad y las disculpas del amigo americano (aquí , aquí o aquí) y le reprocha todo lo imaginable, aunque lo imaginable sea que los EEUU decidieron no continuar la guerra frente a la URSS en el 45, liberando a esos pueblos oprimidos del yugo soviético e incluso que decidieron no seguir avanzando hacia el Este hasta llegar a las costas mismas de Alaska para luego seguir dándole vueltas al orbe hasta no dejar un solo comunista vivo sobre la faz de la Tierra.

Conviene recordar que los que ahora critican a los norteamericanos por mostrarse débiles frente a las tiranías comunistas, son los mismos que consideran que en aquellas sociedades manaban arroyos de leche y miel (ollas arroceras en la versión caribeña) y que si en un momento dejaron de manar fue por la presión internacional del capitalismo yanki siempre dispuesto a que los empobrecidos parias de la tierra mueran definitivamente de inanición.

¿En qué quedamos? pregunto por enésima vez, sin esperanza de obtener respuesta.

¿Hay que llevar la democracia por los medios que sean al resto del mundo o no? ¿Fue Reagan un buen presidente o el sumum de la perversión cuando proclamó aquello de vencer al Imperio del Mal?

¿Es Bush un mal imitador de la zapateril alianza de las civilizaciones o la reencarnación de la hidra cuando habla del eje del mal y se remanga en Oriente Medio?

Mientras espero respuesta, me quedo con la conclusión de Revel: el odio a los Estados Unidos es el odio al liberalismo. Sólo eso explica tanta contradicción.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Serbios por favor ;)

apfner dijo...

Según la RAE:

"servio, via.

1. adj. serbio."

Según el diccionario que yo uso:

"Servio, -via: adj.s. De Servia, república de Yugoslavia - También serbio."

"Serbio, -bia, adj.-s. Servio."

Creo que valen los dos.

Anónimo dijo...

Sigue esperando respuesta.
El antiamericanismo es el aglutinador de su resentimiento, y EEUU la prueba de su fracaso. ¿Así que como esperas que la izquierda te lo racionalice? Plantéalo al revés, ¿que sería de ellos sin su antiamericanismo?

apfner dijo...

Efectivaente, yeda. Resentimiento es un buen motivo. Pero además creo que concurren ciertos motivos estratégicos: una sola causa es poco para un sentimiento tan fuerte y generalizado (hasta hace poco, el antiamericanismo era un sentimiento más o menos localizado y tenía peculiaridades regionales, pero última mente se ha globalizado, homogeneizado y unificado).
No puede existir una única explicación y confieso que no creo tener todas las respuestas para todas las causas posibles.
Hay más razones, además, por supuesto, del resentimiento por su fracaso (o porque son sabedores de su fracaso) y el odio al liberalismo (que cuestiona los valores y las lealtades sobre las que construyen sus modelos de sociedad y sus discurso).
Tengo algunas hipótesis: por ejemplo, la envidia que es el mismo sentimiento o vicio que sostiene los discursos igualitaristas: es conveniente apropiarse de los sentimientos antiamericanos porque son sentimientos fáciles y comunes: los EEUU son un país que despierta envidias, por su poderío económico, tecnológico, cultural, militar, etc. La envidia es un sentimiento bastante difundido entre los humano y cuando todos envidian pues basta con que yo, izquierda mundial, me convierta en el catalizador de esos sentimientos.
Otra causa que explicaría por qué escoger como enemigo a EEUU, una democracia asentada y no a las tiranías sanguinarias, generamente aliadas, podría radicar en lo fácil que resulta cuestionar a quien asume responsabilidades (con el consiguiente riesgo de equivocarse) en lugar de a quien las elude dedicándose al pasteleo más vergonzante con toda clase de sujetos y países indeseables.
En fin, supongo que habrá muchísimas más, pero yo sigo sin comprender definitivamente en tema.

Anónimo dijo...

"El resentimiento es incurable", Marañón.

Anónimo dijo...

Comparto al 100 %, no se si leíste “El desafío americano” de Servan Schreiber, escrito allá por la década de los sesenta, creo recordar que como tú, describía la envidia y los celos al éxito americano, en contraposición al inmovilismo europeo, era francés como Revel, (al que también admiro y leí).
Cabe también apuntar la necesidad de la contraposición al enemigo exterior, la izquierda, los Islamistas, las ideologías fracasadas, etc. Del mismo modo que ERC necesita a Madrid, del cuál nutre su victimismo. En todos los casos las razones son necesariamente sentimentales, no racionales. No se pueden discutir, no admiten argumentaciones.
No creo que exista más antiamericanismo, es que se ha convertido en una obsesión, ahora la globalización y el predominio ideológico del liberalismo de EEUU les enfrenta día a día a una realidad que les espanta porque les desnuda y les hace más fanáticos.
Si nos pudiéramos abstraer en el tiempo, veríamos como Europa pierde influencia, y EEUU junto con nuevos jugadores en la escena mundial asumen las responsabilidades que Europa declino.
Pero el tiempo es inexorable y los hechos irrebatibles, alla ellos.

apfner dijo...

Y la envidia un pecado capital.
Repasemos los otros (Lujuria, Ira, Soberbia, Gula, Pereza,Codicia, Envidia) a la búsqueda de las causas del antiamericanismo:
¿Pereza intelectual? Porque es que algunos no dan mucho de sí...
¿Soberbia intelectual? Pese a todo se creen dioses morales.
La codicia por lo ajeno, especialmente por lo de los propios ciudadanos, comprometidos con lo público frente a los americanos tan díscolos fiscalmente, también puede explicar algo.
La ira ante los propios fracasos, pues igual también.
La lujuría y la gula parecen más complicadas, pero todo es ponerse.

apfner dijo...

Yeda, no lo conocía, pero tomo nota.
En cuanto a la necesidad de un enemigo, es evidente para ocultar las propias vergüenzas, pero aún así cabría preguntarse que por qué han elegido precisamente a los EEUU y al liberalismo y no a Corea del Norte o al Islamismo.
Pero todas las respuestas que estáis apuntando, lo explican bastante bien.

Oliver Laufer dijo...

Antonio, me alegra mucho leerte, y además de esa forma. Yo estoy medio perdido (exámenes y el ingreso a la universidad) pero me gustó mucho, como siempre, la redada lógica en la que encerraste a la doctrina imperante. Son asombrosos los nidos de contradicciones que circunvalan a todos los que atacan al liberalismo. Y esas contradicciones son, de por sí, la prueba empírica de que nuestro enemigo ideológico ha cometido un error intelectual. Un error intelectual que ha matado a 160 millones de personas. 100 a la izquierda y 60 a la derecha. Pero irónicamente son las libertades individuales las genocidas del globo, así como si evitaramos recordar la historia de las sociedades en las que vivimos. Es lamentable.

apfner dijo...

Oliver, a mí sí que me alegra saber de ti. Yo también ando muy perdido (cambio de domicilio, taco de trabajo, sin teléfono ni internet hasta hace poco...), aunque no hace mucho leí tu último post que me pareció logradísimo, como siempre. Animo con esos retos y exámenes y mantenme informado. Suerte!