Al parecer, según un sondeo de Sigma-Dos para El Mundo, casi el 70% de los españoles cree que ha llegado la hora de modificar la Constitución. Esta repentina preocupación contrasta con las que vienen reflejando los barómetros del CIS. Por citar el de expectativas 2004, a los sempiternos paro, drogas, inseguridad y terrorismo, se suma, muy a lo lejos, los problemas políticos (9,8%) único apartado donde me atrevería a incluir la preocupación por la reforma de la carta magna.
Desde luego preguntas como "¿cree usted que ha llegado el momento de reformar la Constitución?" invitan en sí mismas a la respuesta positiva, pero preguntémonos además qué motiva esa afirmación o mejor, qué o quién la induce.
Mi tesis es que se trata de una preocupación ficticia e inducida. Que es ficticia queda demostrado al no referirse como preocupación a la más fiable pregunta "¿qué le preocupa?" o al "cite sus cuatro principales preocupaciones". Creo que sólo
Todo esto es inquietante. ¿Por qué?
Ya comenté en el post anterior algunos de los motivos por los que el derecho ha de asentarse sobre bases sólidas. Recordaba además que Hayek advertía que una sociedad para ser libre y así poder crecer en riqueza y bienestar, necesita de un contexto jurídico estable. Por los mismos motivos, una constitución sujeta a constantes reformas no parece ser el marco jurídico más apropiado para el desarrollo de una sociedad libre.
Sin embargo, lo que está en juego con la reforma constitucional que comienza a gestarse, no son sólo unos meses de debate político y de inseguridad jurídica y económica. Es más que eso: la reforma probaría que hay quien dispone de la constitución y que tiene capacidad para ajustarla a sus pretensiones induciendo falsas preocupaciones en la opinión pública. Es decir, prueba que quienes realmente disponen de la constitución no son los individuos que deciden cómo, cuándo y en qué se reforma, sino los políticos que la cambian según sus caprichos y que además éstos lo hacen sabedores de que luego los mismos que fueron previsibles ante el encuestador convalidarán obedientemente en un plebiscito cualquier iniciativa que se les formule.
Nos pedirán el sí a la reforma, si lo piden, y, si votamos que sí, dirán que ellos, hombres de estado, se habían anticipado a nuestras inquietudes, que han aliviado nuestras preocupaciones y que han demostrado ser útiles. Sin embargo, lo cierto es que el tema no nos inquieta y, si parece hacerlo, es porque lo provoca la pregunta del encuestador o, como mucho, porque los políticos de izquierda, los amantes de la ingeniería social, han inducido tal inquietud. Votar que sí supone, por tanto, admitir que los políticos tienen derecho a inquietarnos o a establecer nuestras preferencias ¿Esto no es consentir una forma de planificación y de la peor calaña?
Por cierto, ¿cuántos europeos tenían el sueño perdido por no tener una Constitución europea? A mí, pensar en una UE sin constitución ni me quitaba ni me quita el sueño. Luego, ni quería ni quiero euroconstitución y, por tanto, tengo claro mi voto: no. Insisto votar lo contrario es admitir que son otros los que tienen derecho a determinar nuestros deseos y preferencias. Por eso votaré que sí sólo cuando sea yo quien se inquieta, lo siente y lo pide. Votar que sí ahora es gritar “vivan las caenas”.
martes, diciembre 07, 2004
Reforma constitucional, ingeniería social
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5 comentarios:
Antonio, buen comentario y buena bitácora. La he repasado a partir de tu anotación en Batiburrilo. Creo que deberías integrarte en Red Liberal, puesto que vale la pena que nos unamos los pocos que somos, siempre que ello no coharte tu posible individualidad. Todos ganaríamos: Nosotros leyéndote cada "post" y tú aumentando el número de visitas y lectores.
Saludos cordiales. Policronio
Gracias, Policronio. Dobles, tu comentario ha sido el primero. Por cierto, encantado a lo de RedLiberal. Pero ¿cómo se hace? Mándame un correo si tienes un rato y me comentas.
Estimado Antonio:
Coincido plenamente con lo expuesto en tu comentario. Cada día estoy más convencido de que la democracia liberal se nos irá de la mano si los ciudadanos no adoptamos una actitud más participativa. La partitocracia ha dejado de ser un riesgo lejano para convertirse en una amenaza presente. Encogerse de hombros no es una opción.
Permíteme aprovechar la ocasión para publicitar mi blog: http://elciudadanoliberal.blogspot.com.
Gracias y felicidades por la bitácora.
Estimado Antonio:
Coincido plenamente con lo expuesto en tu comentario. Cada día estoy más convencido de que la democracia liberal se nos irá de la mano si los ciudadanos no adoptamos una actitud más participativa. La partitocracia ha dejado de ser un riesgo lejano para convertirse en una amenaza presente. Encogerse de hombros no es una opción.
Permíteme aprovechar la ocasión para publicitar mi blog: http://elciudadanoliberal.blogspot.com.
Gracias y felicidades por la bitácora.
apfner,
Si no me equivoco, lo único que tienes que hacer es esperar. Yo te conozco desde hace unos días y Daniel igualmente.
Tienes una muy buena bitácora, por cierto. Un saludo.
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